El sistema inmunológico puede llegar a desencadenar ansiedad como respuesta a una infección.

Noticias Guía Médica de Guatemala

En los últimos años, los científicos han descubierto algunos vínculos interesantes entre la inmunidad y la mente. De hecho, una de las moléculas de señalización inmunitaria, o citosinas, que median estos enlaces se llama interleucina-17a (IL-17a).

Esta molécula tiene un papel importante en la psoriasis, que es una enfermedad autoinmune de la piel, pero también puede contribuir a la depresión que experimentan muchas personas. En este sentido, un estudio que involucró un modelo de ratón de psoriasis encontró que IL-17a causaba síntomas similares a los de la depresión.

En los seres humanos, los investigadores relacionaron la molécula con la depresión resistente al tratamiento. De hecho, la investigación en ratones incluso ha implicado a la IL-17a en el desarrollo del autismo.

El cerebro y el cuerpo no están tan separados como la gente se piensa”, explica el profesor Jonathan Kipnis, neurocientífico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis. Mientras trabajaba en la facultad de medicina, el profesor y sus compañeros encontraron que la IL-17a causa un comportamiento similar a la ansiedad en ratones.

Por eso, investigan si una cantidad excesiva o insuficiente de esta molécula podría estar relacionada con la ansiedad en las personas.

En respuesta a esta inyección, las células T gamma-delta en las meninges, que rodean el cerebro de los animales, produjeron este tipo de molécula. Asimismo, en otro experimento, cuando los investigadores trataron a los ratones con antibióticos para matar las bacterias en sus intestinos, los animales produjeron menos IL-17a.

Juntos, los resultados de estos experimentos sugieren que el sistema inmunológico ha evolucionado no solo para combatir las infecciones, sino también para ajustar el comportamiento para mantener a los animales seguros mientras están debilitados.

El equipo se encuentra ahora investigando cómo las células T gamma-delta en las meninges que rodean el cerebro puede detectar la presencia de bacterias en otras partes del cuerpo.

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